El Consejo de Gobierno del Principado de Asturias acordó el 12 de noviembre de 2021 declarar la situación de emergencia climática en Asturias, con lo que asume los compromisos de mitigación de emisiones y adaptación al cambio climático como prioridades de la acción política en todos sus ámbitos de competencia, a través de una Estrategia Asturiana de Acción por el Clima, que se aprobará antes de diciembre de 2022.

 

Mediante la declaración institucional, el Gobierno de Asturias apoya las metas de acción por el clima incluidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030 y se adhiere al acuerdo adoptado por la comunidad internacional en 2015 en París para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, limitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados y alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo. Además, el Principado expresa su esperanza en que durante la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidad sobre el Cambio Climático (COP26) de Glasgow, las naciones acuerden planes y estrategias conjuntas para alcanzar estos objetivos.

 

En el texto, el Ejecutivo hace un llamamiento a ayuntamientos, organizaciones empresariales y sindicales, entidades sociales y a toda la ciudadanía, para unirse a los esfuerzos de la comunidad internacional y colaborar, desde los respectivos ámbitos de responsabilidad, con el fin de alcanzar la neutralidad de emisiones en Asturias en 2050.

 

 

El cambio climático constituye uno de los principales desafíos que afronta la humanidad y sus graves consecuencias amenazan con poner en riesgo la supervivencia de nuestra especie en el planeta. La comunidad científica ha demostrado, con evidencias incontestables, que el proceso acelerado de calentamiento global está inducido por la actividad humana y, en concreto, por la alta concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, debida principalmente a la quema de combustibles fósiles. La ciencia nos alerta de que los límites se han superado; pero, si bien tendremos que adaptarnos a las nuevas condiciones, afortunadamente aún es posible evitar que el sistema planetario entre en una fase de inestabilidad de resultados impredecibles. La pandemia, que tanto sufrimiento ha causado y tantos sacrificios está costando superar, no es más que otra trágica voz de alerta lanzada por los ecosistemas naturales sometidos a presiones más allá de su capacidad.

 

Asturias está directamente concernida por este formidable reto global. Los cambios en las variables climáticas son reales también en este pequeño país atlántico, en el confín de la Península Ibérica: aumento gradual de las temperaturas, lluvias torrenciales y periodos de calor cada vez más intensos y frecuentes, temporales marinos y elevación lenta pero constante del nivel del mar. Sus efectos también son ya palpables: desastres naturales, como inundaciones o deslizamientos de tierras, cada vez más habituales; alteraciones en las épocas de floración o agravamiento de los procesos de erosión en nuestro litoral son algunos de los más relevantes. Según el mejor conocimiento científico disponible, si no reducimos drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, esas alteraciones en las temperaturas y el régimen de las lluvias se acelerarán y, por tanto, sus efectos sobre el medio ambiente, la economía y el bienestar y la salud de la población asturiana, especialmente la más vulnerable, se agravarán. Es urgente actuar ya. Es un deber de justicia ambiental, social e intergeneracional.

 

Consciente de esta acuciante situación, el Gobierno del Principado de Asturias manifiesta su apoyo a las metas de acción por el clima incluidas entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030, así como su adhesión al acuerdo asumido por la comunidad internacional en París en diciembre de 2015 de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el calentamiento global por debajo de los 2 °C y preferiblemente a 1.5°C en comparación con los niveles preindustriales y de alcanzar la neutralidad climática a mediados de este siglo. En ese sentido, hace votos para que, en la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP26), que en la actualidad se está celebrando en Glasgow, las naciones acuerden planes y estrategias conjuntas para conseguir esos ambiciosos, pero ineludibles objetivos. Asimismo, respalda la agenda contenida en el Pacto Verde de la Unión Europea para reducir las emisiones un 55 % respecto de los niveles de 1990 y para convertir a Europa en el primer continente neutro en carbono en 2050. En esa línea, comparte la visión y objetivos del Marco Estratégico de Energía y Clima del Gobierno de España y los tres pilares que lo sustentan: la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 y la Estrategia de Transición Justa; todos ellos convergentes en la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo, que marca la senda para alcanzar la neutralidad climática en 2050. Se trata, en definitiva, de contribuir desde Asturias a la acción climática global, descarbonizando y transformando nuestra economía sobre la base de la innovación y la digitalización, con atención especial a los territorios y sectores más afectados por el cambio de modelo, generando oportunidades de empleo y asegurando el respeto a los principios de justicia social y ambiental.

 

En consecuencia, el Gobierno del Principado de Asturias se compromete ante la sociedad asturiana a asumir compromisos en materia de mitigación y adaptación al cambio climático a través del desarrollo e implementación de una Estrategia Asturiana de Acción por el Clima, con la participación de todas las partes concernidas, que será aprobada antes de diciembre de 2022.

 

Enlace al acuerdo del Consejo de Gobierno publicado en el BOPA