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Contaminación acústica. Políticas de reducción y control

Conceptos generales.

¿Qué es el Ruido?. Causas y Efectos sobre la salud humana.

¿QUÉ ES EL RUIDO? CAUSAS Y EFECTOS SOBRE LA SALUD HUMANA

 

El sonido es una perturbación que se propaga en un medio elástico, producida por un objeto que vibra, y transmite la vibración a las partículas del aire generando una variación de presión que puede ser detectada por el oído.

 

El sonido se define por lo tanto como un fenómeno físico objetivo, mientras que la definición de ruido es puramente subjetiva, ya que denominamos ruido al sonido no deseado, que provoca una sensación molesta y puede llegar a tener consecuencias sobre la salud de las personas.

 

Teniendo en cuenta ambas consideraciones,  la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del ruido, define la contaminación acústica como la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones, cualquiera que sea el emisor acústico que los origine, que impliquen molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza, o que causen efectos significativos sobre el medio ambiente.

 

Las causas de la contaminación acústica son de origen antropogénico, es decir, ligadas a la actividad humana: el transporte por carretera, ferroviario, aéreo o marítimo, la construcción de edificios y obras públicas, y la actividad industrial, comercial y de ocio son las causas principales de que la población y el medio ambiente se encuentren sometidos a altos niveles de ruido, y de que se considere a la contaminación acústica como uno de los factores más importantes de la disminución o la alteración de la calidad de vida.

 

Los efectos de la contaminación acústica en la salud humana se perciben tanto en alteraciones directas de la capacidad auditiva, como la fatiga auditiva, la pérdida de audición o los pitidos internos, como en otro tipo de alteraciones: efectos sobre la conducta, modificación del ritmo cardiaco, alteración del sueño, estrés, disminución del rendimiento de la memoria, etc. Finalmente todos estos efectos se traducen en problemas económicos y sociales, como costes sanitarios, baja productividad, accidentes de tráfico y laborales, dificultades de comunicación o ciudades inhóspitas.

 

MEDICIÓN DEL RUIDO AMBIENTAL

 

Las presiones acústicas a las cuales es sensible el oído humano varían en un intervalo muy grande. Tomando como unidad de medida el pascal (Pa), el umbral inferior de la audición humana, es decir, la presión acústica mínima que provoca una sensación auditiva, es 0,00002 Pa, y el umbral máximo es de alrededor de 100 Pa.

 

La manipulación de valores que cubren un campo tan extenso no resulta cómoda, y además, se podría decir que el comportamiento del oído humano está más cerca de una función logarítmica que de una lineal, por lo que en la medición del ruido ambiental se recurre a la utilización de la escala logarítmica y a otra unidad de medida, el decibelio (dB), unidad adimensional y relativa que relaciona presiones acústicas. Así, la escala lineal se convierte en una escala más manejable, donde 0 dB (umbral auditivo) equivalen a esos 0,00002 Pa y 130 dB (umbral del dolor) a unos 100 Pa.

 

Ahora bien, el uso de esta escala logarítmica de dB puede generar en el profano una percepción equivocada. Por ejemplo, el paso de 28 a 34 dB puede parecer una pequeña variación en el nivel de ruido, cuando en realidad se está duplicando. También la suma de dos emisores acústicos no puede hacerse aritméticamente, debe hacerse teniendo en cuenta el carácter logarítmico de la escala; así, dos fuentes de 60 dB generan un nivel de presión sonora global de 63 dB.

 

El número de variaciones de presión por segundo se llama frecuencia del sonido y se mide en hercios (Hz). La percepción auditiva normal de una persona varía aproximadamente desde 20 Hz (sonidos más graves) hasta 20.000 Hz (sonidos más agudos). Un determinado ruido puede ocupar varias de esas frecuencias e incluso toda la banda ancha de frecuencias audibles para los humanos.

 

Sin embargo, el oído humano es menos sensible a las frecuencias más bajas y las más altas, por lo que para adaptar un ruido determinado a nuestra percepción del mismo, se suelen aplicar unos filtros de ponderación (para cada frecuencia se suman o restan unos decibelios preestablecidos). La ponderación de frecuencias más utilizada es la “ponderación A”, que se ajusta a la respuesta del oído humano en niveles medios de presión sonora y que proporciona unos resultados que se expresan como dB(A).

 


ÍNDICES DE EVALUACIÓN DE RUIDO AMBIENTAL

 

El objetivo de la actual normativa sobre ruido ambiental es conseguir que el ruido soportado por la población no sobrepase ciertos niveles admisibles. Dada la naturaleza subjetiva del ruido, estos niveles variarán según la fuente del ruido, la naturaleza del receptor y la actividad que éste desarrolla, así como el tiempo de exposición.

 

Por ello, en los últimos años, los expertos han trabajado en la unificación de criterios para la adopción de índices descriptores del ruido que tengan en cuenta todos estos factores, y actualmente los índices básicos utilizados en la normativa europea son los siguientes:

 

Índice de ruido o nivel de presión sonora (LA): Nivel expresado en dB(A), que varía a lo largo del tiempo. Para un determinado periodo de tiempo T, se pueden determinar entre otros los valores LAmax, como el máximo valor de nivel de presión sonora alcanzado durante todo el intervalo T, y LAmin, el mínimo valor. Representan el ruido de mayor y menor intensidad y no aportan información sobre su duración ni sobre la exposición total al ruido.

 

Índice de ruido continuo equivalente (LAeq,T): Expresa la energía sonora percibida por un individuo en un intervalo de tiempo, es decir, representa el nivel de presión que habría sido producido por un ruido constante con la misma energía que el ruido realmente percibido, durante el mismo intervalo de tiempo. El nivel de presión sonora equivalente debe ir acompañado siempre de la indicación del periodo de tiempo al que se refiere. Este valor se corrige para tener en consideración la presencia de componentes tonales emergentes, componentes de baja frecuencia y ruido de carácter impulsivo, todos ellos de carácter especialmente molesto, dando lugar así al principal parámetro que se tiene en cuenta a la hora de evaluar la molestia ocasionada por el ruido ambiental, el índice de ruido continuo equivalente corregido (LKeq,T)

 

La actual normativa sobre ruido utiliza, para la definición tanto de los objetivos de calidad acústica, como de los valores límite de inmisión, los índices de ruido definidos según el nivel de presión sonora continuo equivalente corregido de tres periodos temporales diarios de evaluación:

 

·         LKeq,d: periodo día, de 7:00 a 19:00 horas

·         LKeq,e: periodo tarde, de 19:00 a 23:00 horas

·         LKeq,n: periodo noche, de 23:00 a 7:00 horas

 

Descargar (pdf: 1351.95Kb)