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Actuaciones para mejorar la calidad del aire en Asturias

Red de control de la calidad del aire del Principado de Asturias

La Red de control de la calidad del aire gestionada por el Principado de Asturias está integrada por una serie de estaciones remotas más un centro de proceso de datos, ubicado este último en Oviedo, y varios subcentros concentradores en los ayuntamientos con mayor población, contando además con el apoyo de una unidad móvil de control de inmisión.

 

Por lo que se refiera a las estaciones, cada una de ellas es un punto de muestreo, independientemente del número de parámetros vigilados y de la técnica analítica empleada, y está compuesta por un conjunto de sistemas y procedimientos utilizados para evaluar y cuantificar la presencia de agentes contaminantes en la atmósfera.

 

Los contaminantes medidos son: partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NO y NO2), monóxido de carbono (CO), benceno (C6H6) y ozono (O3), aunque no todas las estaciones miden todos los parámetros mencionados. En las estaciones también se miden el ruido y los siguientes parámetros meteorológicos: dirección del viento, velocidad del viento, temperatura, humedad relativa, presión, radiación solar y lluvia, que ayudan a la interpretación de los datos de concentración de contaminantes obtenidos.

 

En estas estaciones la mayoría de los datos, en ocasiones todos, provienen de analizadores automáticos ubicados en la propia estación y ofrecen, por lo tanto, una información evaluada in situ y transmitida en tiempo real. Estas estaciones consisten básicamente en una cabina específicamente diseñada, aislada térmica y acústicamente y equipada para albergar los analizadores en ella instalados. Las estaciones remotas disponen de un sistema de adquisición de datos, que capta y almacena los valores suministrados de forma continua por los analizadores.

 

El punto neurálgico de la red de medida y vigilancia de la calidad del aire lo constituyen el “centro de proceso de datos” ubicado en la sede de la Consejería con competencias en materia de medio ambiente, y los subcentros concentradores de datos que se encuentran en los ayuntamientos más importantes. En estos centros se reciben los datos de las distintas estaciones remotas mediante un sistema de comunicación que puede utilizarse bien de modo manual, permitiendo al operador interrogar directamente a las estaciones que considere oportuno, o de modo automático, interrogando a las estaciones en intervalos y horas prefijadas. Esto permite una eficaz explotación del sistema, pudiendo programarse en modo automático, las horas a las que se comunica según las épocas del año, necesidades de la zona, etc., e incluso recibir en el centro la superación de cualquier nivel de contaminante previamente preestablecido.

 

En el “centro de proceso de datos”, una vez recibidos éstos, se evalúan, se validan, se procesan y se toman las decisiones oportunas. Tras su validación, se envían al “centro de proceso de datos” del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, desde el cual, a su vez, serán procesados y transmitidos al centro de la Unión Europea.

 

Como cobertura y apoyo a la red, se dispone también de dos unidades móviles de control de inmisión, que dispone de analizadores automáticos para medir dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO), ozono (O3), benceno y partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), además de parámetros meteorológicos. Son, por tanto, equivalentes a una estación remota fija, pero con una flexibilidad y movilidad mucho mayor, lo que le confiere más posibilidades de explotación y aplicaciones entre las que destacan: 

 

·        Investigación de quejas en zonas en las que no se disponga de estaciones permanentes.

 

·        Selección del emplazamiento de nuevas estaciones fijas y de los parámetros a medir en cada una.

 

·        Comparación de los niveles antes y después de la puesta en marcha de alguna instalación potencialmente contaminante.

 

·        Estudios de impacto de focos contaminantes en un área amplia.

 

·        Monitorización de la concentración de fondo en áreas que se supongan no afectadas por las actividades antropogénicas.

 

·        Estudios de dispersión de penachos.

 

·        Comprobación de datos de estaciones permanentes.

 

 

Además, algunos ayuntamientos disponen de sus propias estaciones de control, como Gijón o Carreño.

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