Las aguas subterráneas son todas las aguas que se encuentran bajo la superficie del suelo en la zona de saturación y en contacto directo con el suelo o el subsuelo.

 

Las aguas subterráneas en Asturias actualmente tienen menor importancia que las aguas de procedencia superficial, en cuanto a la atención de demandas se refieren, no obstante representan un elemento estratégico por posibilitar el abastecimiento a determinados núcleos pequeños y dispersos además de condicionar el buen estado de los ecosistemas acuáticos y terrestres dependientes directamente de las aguas subterráneas o indirectamente a  través de los caudales de base de los ríos.

 

En general en Asturias los acuíferos existentes son muchos pero de poca capacidad, es decir, no permiten la construcción de captaciones con elevados caudales, además de poco conocidos por la falta de interés por el estudio de los mismos que ha habido en el pasado en esta región debido a la abundancia de lluvias.

 

Dado el bajo nivel de conocimiento actual, resulta necesaria la realización de estudios hidrogeológicos de base para el mejor conocimiento del recurso hídrico subterráneo, tanto en lo referente a la cantidad, como en aquellos aspectos relacionas con la calidad y las relaciones con los posibles ecosistemas que puedan ser dependientes de las aguas subterráneas.

 

Otra dificultad existente es la falta de conocimiento preciso de los derechos sobre la utilización de estos recursos así como del control de esos derechos y de los volúmenes efectivamente utilizados.

 

Es de destacar la importancia que para estos recursos tiene su protección frente a la contaminación, ya que una vez producido su deterioro, los procedimientos y plazos para su restauración, cuando son posibles, resultan dificultosos y prolongados en el tiempo.

 

La  Directiva Marco define como recursos disponibles de aguas subterráneas: el valor medio interanual de la recarga total de la masa de agua subterránea, menos el flujo interanual medio requerido para conseguir los objetivos de calidad ecológica para el agua superficial asociada y los ecosistemas terrestres asociados. De este modo resulta indispensable tener una evaluación de cual es la parte de recursos subterráneos que deben atender a esos ecosistemas y que por lo tanto no estarán disponibles para otras demandas, para lo cual es necesaria la realización de estudios específicos. 

 

El conocimiento de la hidrodinámica de los acuíferos y de los aspectos hidroquímicos y de la calidad, redundará en la adecuada planificación de un uso eficiente y sostenible de éste recurso, manteniendo la estructura de los ecosistemas acuáticos y de los ecosistemas terrestres asociados, principalmente en las épocas de estiaje, donde las aguas subterráneas adquieren una mayor importancia, contribuyendo a alcanzar el buen estado o potencial ecológico en ríos o aguas de transición.