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Residuos no peligrosos

Residuos no peligrosos en la industria asturiana

Residuos de demolición

 

 

Estos residuos no peligrosos de origen industrial pueden clasificarse en dos grandes grupos. En primer lugar, la fracción más pequeña corresponde a los residuos asimilables a urbanos que se producen en el ámbito industrial, generados por los propios trabajadores de las plantas y que deben recibir un tratamiento similar a los residuos urbanos de origen domiciliario: recogida selectiva de fracciones de papel cartón, envases, vidrio y resto, y entrega a gestor autorizado.

 

En segundo lugar se encuentran los residuos no peligrosos que se generan durante los procesos industriales, y que suponen el mayor volumen de residuos que generan las grandes empresas de Asturias.

 

El volumen de los residuos no peligrosos producidos por ciertas empresas determinó en el pasado la necesidad de un sistema propio de gestión, mediante eliminación en vertederos de su propiedad, construidos específicamente para ese fin.

 

Este último método de gestión, el depósito en vertederos propios, es el más utilizado para la fracción que no se valoriza de los residuos originados en procesos de combustión, como cenizas y escorias, y otros residuos. No obstante, las obligaciones normativas en materia medioambiental, cada vez más exigentes, el impulso de las políticas de reducción, reutilización y reciclado, y el desarrollo de un sector profesionalizado de la gestión de residuos, está provocando la disminución de los volúmenes depositados en estos vertederos, y el que las industrias asturianas busquen en el aprovechamiento de sus residuos una oportunidad de negocio.

 

Actualmente la tendencia es la prevención, la valorización material en otros procesos industriales, o en infraestructuras, caso de los granulares, o su salida vía subproducto.

 

Las centrales térmicas asturianas generan en su conjunto más de 900.000 toneladas de cenizas y escorias en la actualidad, de las que el 68% se valorizaron en la industria cementera, así como más de 65.000 toneladas de yesos procedentes de las desulfuradoras, de los que el 35% se destinó al sector de la construcción. Las fracciones no valorizadas de ambos residuos se eliminaron mediante depósito en vertederos propios. Otros residuos no peligrosos de los que se generan volúmenes importantes en las empresas asturianas, fueron las cerca de 1.300.000 toneladas de escoria de hornos altos valorizadas por ArcelorMittal.

 

La Directiva 2008/98/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de noviembre de 2008, sobre los residuos y por la que se derogan determinadas Directivas, conocida como Directiva Marco de Residuos, fue transpuesta a la legislación española por la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, en la cual se establece que determinadas sustancias u objetos resultantes de un proceso de producción principal, y que tenían la consideración legal de residuos, puedan considerarse como subproductos, cuando reúnan determinadas condiciones, y por lo tanto podrán comercializarse sujetos a la normativa actual que rige el comercio de productos.

 

Del mismo modo, la Ley 22/2011 permite establecer mecanismos que permitan que determinados residuos que hayan sido sometidos a operaciones de reciclado, valorización u otras, y cumplan con ciertos criterios específicos, pierdan su condición de residuos. Entre las categorías de residuos para las que deberán adoptarse criterios de “fin de condición de residuos” están: el papel, el vidrio, el metal, los neumáticos y los textiles.