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Unidades ambientales de Asturias

Cavidades subterráneas.

Asturias disfruta de una enorme riqueza geomorfológica en cavidades y simas subterráneas. Una parte sustancial del territorio está formado por roquedos calizos sobre los que se han desarrollado importantes aparatos kársticos. La caliza es una roca sedimentaria cuyo componente mineralógico principal, la calcita, se disuelve por la acción de los ácidos carbónicos disueltos en el agua de lluvia.

 

En una zona de roquedo calizo elevado sobre un valle principal, las aguas de lluvia penetran por las fracturas del roquedo y van disolviendo éste para volver a resurgir a la altura del valle y unirse a la red de drenaje superficial. Se forman de este modo simas verticales, por las que descienden las aguas, y galerías casi horizontales que funcionan como colectores del acuífero a una cota próxima a la del valle.

 

Ahora bien, con el transcurso de los años, las aguas del cauce externo van excavando éste cada vez a mayor profundidad, de forma que el aparato kárstico vinculado excava nuevas simas y galerías, que terminan por formar pisos a diferentes niveles en el interior del roquedo. Las galerías superiores no presentan ya actividad kárstica de importancia y se suelen calificar de fósiles, vestigio de la cota a la que en periodos geológicos más antiguos se producía la resurgencia de las aguas.


En las galerías inferiores, en cambio, los fenómenos de disolución kárstica prosiguen en toda su intensidad y por ellas circulan auténticos ríos subterráneos.

 

Los diferentes niveles de galería aparecen frecuentemente unidos entre sí por desplomes y conductos verticales que dotan al aparato kárstico subterráneo de una enorme complejidad estructural.


A ellos se unen un sinfín de formaciones de gran belleza, que no son otra cosa que depósitos e incrustaciones resultado de la precipitación del carbonato cálcico disuelto en el agua: estalactitas que cuelgan del techo, estalagmitas que crecen desde el suelo, columnas resultado de la unión de ambas, paredes formadas por la acumulación de columnas contiguas, cortinas estalactíticas debidas a la filtración del agua por diaclasas, terrazas travertínicas resultado de la precipitación de la calcita en charcos sobre el suelo, coladas, grandes salas, estrechos conductos meandriformes, etc.

 

Asturias disfruta de algunos de los más complejos y desarrollados aparatos kársticos subterráneos de Europa, que se concentran especialmente en el área calcárea del oriente de la región.

 

  La rasa costera, la Sierra del Sueve, la del Cuera y los Picos de Europa, donde un masivo roquedo calizo elevado a gran altura sobre los valles circundantes ha dado lugar a aparatos kársticos de extraordinario desarrollo vertical. Sin embargo, también abundan cavidades kásrticas de gran desarrollo en el área central de la región: Peña Ubiña, el Pico Caldoveiro, algunos puntos del Parque Natural de Somiedo y la Sierra del Aramo.

 

Gran parte de esas áreas de marcado modelado kásrtico han sido incluidas en espacios protegidos de múltiples objetivos y ámbito general. Sin embargo, la red de espacios protegidos de Asturias ha querido incluir explícitamente algunas de las más desarrolladas cavidades kársticas de la región por su mero interés geomorfológico. Así ha sido en el caso de los Monumentos Naturales del Sistema del Trave, Sistema del Jitu, la Torca Urriellu o la Red de Toneyu, todos ellos en los Picos de Europa.

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