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Caracterización biogeográfica y geológica de Asturias

Caracterización geológica de Asturias.

Unidades geomorfológicas de Asturias.

La geología de Asturias tiene una gran diversidad y riqueza, siendo estas unas de las claves del valioso medio natural de la región. La diversidad se debe al variado tipo de rocas que constituyen el sustrato y al fuerte relieve que genera muchos ambientes geomorfológicos, desde los propios del eje de la cordillera hasta los del litoral.

 

 El sustrato geológico de Asturias se encuentra constituido principalmente por rocas de edad paleozoica que se apoyan sobre un zócalo más antiguo formado por materiales precámbricos. Todas estas rocas han sido deformadas en el transcurso de la Orogénesis Herciniana, que tuvo lugar a lo largo del periodo Carbonífero. Esta etapa orogénica dio lugar a una importante cordillera de la que forma parte el Macizo Herciniano Ibérico, cuya rama norte se estructura en una forma arqueada (el denominado Arco Asturco o Rodilla Astúrica).

 

 Como resultado de la historia geológica y geomorfológica, existe una gran variedad en las características del relieve, el sustrato y los suelos de Asturias. Estos aspectos derivados de la geología tienen una gran importancia en la definición del paisaje y los ecosistemas regionales. Para realizar una división de Asturias en unidades geomorfológicas que representen adecuadamente esta diversidad deben considerarse simultáneamente las divisiones realizadas en el sustrato de la región (unidades establecidas por su similitud estructural y estratigráfica) y a los grandes sistemas de modelado que han prevalecido en la configuración del relieve.

 

Descripción de las unidades geomorfológicas de Asturias.

 

En relación con el sustrato se pueden distinguir, en una aproximación muy simple, las siguientes subregiones, Occidental, Central, Oriental y el Sector correspondiente a la Cobertera Mesozoico-Terciaria. Las tres subregiones pueden dividirse a su vez con criterios geomorfológicos en áreas modeladas en un ámbito marino, pluvial y glaciar. Pueden destacarse finalmente algunos macizos aislados de origen kárstico o áreas en las que se preservan paleorrelieves continentales poco modificados.

 

1. Litoral y rasas costeras
Esta franja se distribuye a lo largo de todo el litoral asturiano, con una anchura variable entre pocos centenares de metros y 5 ó 6 km. Se incluye en ella el litoral actual y las rasas costeras. A lo largo de toda la costa asturiana se distribuyen los diferentes elementos ya descritos: tramos acantilados, playas y campos dunares, rías y estuarios y la rasa, si bien, todas estas unidades presentan algunas diferencias desde el extremo occidental al oriental de la región. Las diferencias mayores se distribuyen de acuerdo con las subregiones existentes en el sustrato geológico.
En el occidente las rasas y acantilados se excavan sobre rocas silíceas, frecuentemente cuarcitas que dan fuertes relieves. En algunas rasas sobre esta litología se preservan muchas veces depósitos de turba de considerable interés. En la zona centro-oriental de la región, con sustratos mesozoicos, la costa es en general más baja, con acantilados más inestables y amplios depósitos arenosos. En las rasas orientales, talladas sobre rocas calcáreas carboníferas, existe un interesante modelado kárstico parcialmente inundado por el mar, con numerosos fenómenos mixtos, como las cuevas marinas, los bufones o las playas interiores en dolinas.
Para todo el litoral, ya se ha destacado la presencia de numerosos elementos de importancia singular, donde se incluyen algunas rías y estuarios, sistemas de playas y dunas, y algunos acantilados. Los suelos sobre las rasas son generalmente profundos y, dado el escaso relieve de la unidad y su estratégica situación, han sido sometidos a un intenso uso humano, asentándose sobre ella numerosas poblaciones.

 

2. Unidad pluvial de la subregión occidental
Esta unidad ocupa la mayor parte del occidente de la región, presentando un relieve abrupto, con valles fluviales fuertemente encajados y cordales destacados que coinciden con los tramos cuarcíticos más resistentes de la sucesión paleozoica. La cubierta edáfica es progresivamente más continua y profunda en las zonas más bajas, donde los valles fluviales se muestran más anchos y presentan depósitos aluviales en su fondo.
En el sector más oriental de esta unidad, entre las localidades de Salas y Tineo, se reconocen extensas áreas con relieve casi llano, sobre las que se conservan ocasionalmente depósitos de edad terciaria. Estas planicies se corresponden a paleorrelieves poco degradados que, aunque se pueden ver en otras zonas de la región, nunca aparecen con esta extensión y estado de conservación. Además de las planicies de Salas y Tineo, de gran extensión, existen numerosos paleorrelieves menores que no se han identificado en el mapa de sectorización geológica.
La existencia de este tipo de relieves es responsable de la suave pendiente que muestran muchas zonas elevadas en toda la unidad occidental. Por este motivo, muchos pueblos tienden a situarse en suaves crestas que contrastan con los angostos fondos de valle.

 

3. Unidad glaciar de la subregión occidental
Las características más importantes del relieve actual de las áreas más elevadas de la cordillera Cantábrica se deben a la actuación de los sistemas glaciares desarrollados durante el Cuaternario.
En la Subregión Occidental, prácticamente silícea en su totalidad, las zonas glaciadas muestran con mucha nitidez las formas y depósitos originados por el glaciarismo. Son frecuentes en la zona las cubetas de sobreexcavación con lagunas o turberas, circos, crestas, valles glaciares, morrenas y potentes depósitos fluvioglaciares. Se encuentran asimismo abundantes formas y depósitos periglaciares y nivales, con gran abundancia de campos de bloques, canchales, glaciares rocosos, etc. Los suelos son delgados y pobres de forma que sólo son explotables los desarrollados sobre las formaciones superficiales de menor pendiente y granulometría más fina.

 

4. Unidad pluvial de la subregión central
La característica geológica más destacada de la Subregión Central es la extraordinaria diversidad de la naturaleza de las rocas del sustrato y, como consecuencia, de la cubierta edáfica.
Los cauces fluviales, igualmente encajados, discurren por valles cuya morfología depende en gran medida de las rocas que atraviesan. En esta unidad son frecuentes los desfiladeros, tanto en calizas como en cuarcitas, y los escarpes rocosos, presentando el relieve una mayor intensidad. Son rasgos destacados del relieve los meandros encajados con sus llanuras aluviales en los cursos bajos de los ríos y las abundantes evidencias de los procesos de inestabilidad de las laderas.
Dentro de esta unidad pueden separarse, por su evidente personalidad, los macizos kársticos del Aramo, la sierra de la Sobia, la sierra de Tameza y sinclinal de los lagos de Saliencia, cuya entidad y características los acerca a otras montañas calcáreas de Asturias.

 

5. Unidad glaciar de la subregión central
Al igual que en la Subregión Occidental, las zonas más elevadas de la cordillera en la Subregión Central muestran una morfología claramente influida por el modelado glaciar cuaternario.
Las formas glaciares tienen aquí un marcado control litológico reconociéndose, como en la unidad III, una gran diversidad de formas y depósitos de origen periglaciar y nival. Son muy frecuentes los grandes movimientos en masa postglaciares en los valles principales. Los suelos son poco profundos y los suelos más desarrollados se limitan a los depósitos con predominio de componentes finos.

 

6. Unidad de la cobertera mesozoico-terciaria
Esta unidad se extiende a lo largo del sector centro-septentrional de Asturias, que presenta relieves poco importantes sobre los que se asientan muchos núcleos de población y una importante actividad industrial. La cobertera se prolonga hacia el este, desde Oviedo hasta Arriondas, encontrándose incluso retazos aislados en los concejos de Onís o Peñamellera a lo largo de una depresión de edad alpina que delimita las dos unidades orientales en Asturias. Además del suave relieve, son característicos de esta unidad los suelos ricos y profundos que, junto con el clima benigno, han propiciado un intenso uso agrícola y ganadero. Por otra parte, la estructura y la naturaleza de algunas de las formaciones geológicas existentes ha dado lugar a importantes acuíferos subterráneos.

 

7. Unidad de las sierras litorales orientales
Esta unidad ocupa el sector Noreste de Asturias, entre la depresión Mesozoico-Terciaria y las rasas orientales. Está constituida por un gran bloque elevado durante la orogenia alpina, en el que la erosión posterior ha hecho destacar las formaciones carbonatadas carboníferas, dando lugar a varias sierras dispuestas en dirección este-oeste, paralelas y muy cercanas a la costa: sierras del Sueve, de La Escapa y Cuera, principalmente.
El marcado relieve de estas sierras y su privilegiada situación, les confiere un importante atractivo paisajístico, que se ve reforzado por la abundancia de formas kársticas existente.

 

8 y 9. Unidad de los Picos de Europa
Situada en el sector SE de la región, esta unidad se prolonga por las comunidades vecinas de Cantabria y Castilla-León, constituyendo un elemento de extraordinaria singularidad en el relieve y la geología de toda la Península Ibérica.
En las cumbres de los Picos de Europa se alcanzan las mayores alturas de la Cornisa Cantábrica, preservándose un sistema geológico de enorme interés desde el punto de vista estratigráfico, tectónico y geomorfológico, con evidentes pruebas de muchos de los procesos responsables del relieve cantábrico y, especialmente, un singularísimo sistema kárstico.

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