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Estructura y tipología del Paisaje de Asturias

Valles intramontanos asturianos.

Su configuración es un elemento de unión ya que en todos los casos se trata de depresiones entre montañas. Un gran río recorre su eje principal y es, debido a su caudal y desnivel, el principal agente que ha construido sus formas. Además, salvo el área de Navia, los sectores están conectados, ya que forman parte de la red fluvial de la cuenca del Nalón-Narcea.

 

Las grandes morfoestructuras y ámbitos litológicos, sobre todo la naturaleza del sustrato, condicionan el aprovechamiento que el hombre ha llevado a cabo en estos valles.

Considerando estos rasgos pueden establecerse tres grandes grupos: por un lado los que se desarrollan en el ámbito de la Rodilla Astúrica, en pleno sector asturoccidental, con ejes estructurales de marcado rumbo norte-sur, por otro los situados en la Cuenca Carbonífera Central; y, por último, aquellos que se incluyen dentro de la Región de Pliegues y Mantos, en el sector oriental.

 

En el primer grupo están los valles del Navia, Narcea, Pigüeña y Cubia, caracterizados por morfologías estrechas y frecuentes desfiladeros.

Las sierras que los delimitan dirigen las aguas de los ríos en línea prácticamente recta.

 

El segundo grupo incluye los sectores del Trubia, del Caudal y una parte del Nalón (entre Grado y Langreo). El valle gana en importancia y se favorece la existencia de “fondos de saco” y de amplias vegas, donde se concentran las principales instalaciones de la minería del carbón y otros enclaves industriales.

 

Por último, el alto Nalón, incluido en plena unidad plegada del Ponga, es un valle intrincado que, con la salvedad de su inclusión en la Región de Pliegues y Mantos, típicamente caliza, comparte muchas características con los valles más occidentales. Tiene un relieve accidentado y perpendicular a las estructuras, alternando estrechos valles con escarpados desfiladeros.

 

A la unidad fruto de sus morfologías se impone la heterogeneidad en la utilización de los recursos. El sector occidental (Navia, Narcea, Pigüeña y Cubia) y el oriental (alto Nalón) son básicamente ganaderos, si bien en el alto Nalón, en gran medida dentro del Parque Natural de Redes, existe un progresivo avance del turismo rural.

 

En los primeros, especialmente en el Navia, su marginalidad tradicional se manifiesta en un poblamiento escaso, basado en el aprovechamiento de unos recursos limitados. En el Narcea sus asentamientos están ligados al tránsito y a la minería desde época romana, su entramado poblacional es denso, concentrándose en torno a Cangas del Narcea. El Cubia y el Pigüeña son valles aislados, “colgados” respecto al surco de Oviedo, y sin acceso directo a la Meseta.

Todo esto ha favorecido la existencia de un laxo entramado de poblamiento. El Trubia, el Caudal y el Nalón aglutinan la minería asturiana del carbón, donde las concentraciones urbanas adquieren un papel relevante en el paisaje.

 

En estos valles se conservan buenos ejemplos de arquitectura tradicional con un amplio repertorio constructivo en el que destacan los hórreos. A su vez en Caso se mantiene una de las razas de ganado autóctono del Principado: la asturiana de montaña o casina.

En el polo opuesto, Mieres y Langreo han perdido una gran parte de su paisaje tradicional, dominando ahora los tejidos propios de la minería y los espacios urbanos, ubicados principalmente en el fondo de valle.

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