Las incisiones que han servido para separar los tres sectores de los Picos de Europa conforman los desfiladeros cantábricos, abiertos en las calizas de montaña.

 

Se caracterizan por su morfología kárstica y sus fondos estrechos, con pequeños taludes colonizados por rodales de fresnos con robles, tilos y sauces.

 

Las paredes son verticales con fisuras y rellanos cubiertos por encinares relictos orocantábricos.

Existe un conjunto de comunidades rupícolas adaptadas a los diversos hábitats que se generan en la superficie de la roca en función de la pendiente y la distribución de la humedad. Hayas, robles y arces aparecen en los desfiladeros como en el resto de los Picos de Europa.

 

El más oriental es el de La Hermida, que se extiende entre Piñeres y Panes y está recorrido por el río Deva, que sale a través de este desfiladero de los Picos de Europa.

 

El del Cares es probablemente el más famoso porque a través de él, por un camino construido en la roca, se puede realizar la ruta entre Caín y Puente Poncebos.

 

El más occidental es el desfiladero de los Beyos, abierto por el río Sella al oeste de los Picos de Cornión, que constituye uno de los más bellos corredores de paisaje de los Picos de Europa.