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Actividades cinegéticas

Modalidades de caza.

La forma en que debe realizarse la cacería en función de la pieza que se pretenda cobrar se establece anualmente a través de la Disposición General de Vedas. En general se consideran, para la caza mayor, las modalidades de rececho y batida y, para la caza menor, las modalidades de caza en mano y al salto.

 

Modalidades de Caza mayor

Rececho

Consiste en la búsqueda activa de la pieza durante 1 o 4 días (en función de la especie que se cace y el tipo de cazador), efectuando luego un acercamiento sigiloso a la misma para darle muerte. Intervienen un único cazador y un guarda, que aporta conocimiento del terreno y los animales. En muchos casos también es necesaria la presencia de perros de sangre, como el teckel, cuando la pieza queda herida y es necesario seguir su rastro.

 

Otro aspecto básico es la utilización de una buena óptica, tanto para la localización de la pieza (prismáticos, telescopio terrestre), como para efectuar el disparo (rifles dotados de mira telescópica), dado que estos suelen efectuarse de forma general a distancias relativamente grandes.

 

El arma que se suele utilizar en los recechos es el rifle de cerrojo en unos calibres que no suelen ser demasiado grandes. Se busca que aporten precisión, dado lo escaso de las oportunidades de disparo durante el rececho y la necesidad de aprovechamiento de las mismas.

 

En el Principado de Asturias esta modalidad es practicada sobre rebeco, venado, corzo, y gamo macho, por un solo cazador acompañado por el Guarda o el Guía de caza.

En la normativa se recogen dos tipos de recechos y una categoría donde se establecen otras cacerías:

  • Rececho trofeo : Modalidad practicada sobre rebeco macho y hembra, venado macho, corzo macho y gamo macho, de características propias de trofeo.
  • Selectiva : Modalidad de rececho que se practica con el objeto de eliminar ejemplares de la especie que se determine con poco futuro. Se practica sobre gamo vareto y excepcionalmente sobre otras especies.
  • Otras cacerías : Modalidad practicada sobre rebeco macho y hembra (no homologable), venado macho (no homologable), jabalí, corzo hembra, venado hembra, gamo hembra y menor.

 

En el caso de otras cacerías practicadas sobre rebeco, hembra y macho, y venado macho, las características de los ejemplares se determinan por criterios técnicos del Servicio de Caza y Pesca.

 

Con carácter general para las cacerías de ejemplares no homologables de rebeco macho y hembra y de venado macho no homologable se habilita un sistema de control sobre los animales abatidos, que se desarrolla en el Plan de Caza de las Reservas Regionales de Caza.

 

El rececho de jabalí se practica en aquellas áreas en las que no se programan batidas por ser frecuente la presencia de oso pardo (Ursus arctos) y han sido catalogadas como Áreas Críticas según Resolución de 3 de julio de 2003, entre el 1 de diciembre y el 15 de agosto, por otras causas justificadas y las programadas en el Plan de Caza de las Reservas Regionales de Caza.

 

En las Reservas Regionales, el rececho exige el pago de una tasa previa o cuota de entrada que se incrementa si se logra el trofeo en función de la calidad de éste (cuota complementaria). La duración de los recechos es variable y oscila entre uno y tres días en función de la especie de que se trate y del tipo de cazador.

 

Batida

Es practicada por cuadrillas organizadas en dos grupos. Uno de ellos, el de los batidores o monteros, avanza acosando a las piezas para que abandonen su lugar de refugio o encame. El otro, el de los cazadores, se sitúa estratégicamente dominando la línea de huida de las piezas para darles muerte.

 

El número de monteros y cazadores depende de las características del terreno cinegético. En las Reservas se autorizan cuadrillas de 8 a 12 cazadores, auxiliados por no más de 6 monteros que pueden ayudarse de un máximo de 4 perros y no deben portar ningún tipo de arma. En el resto de terrenos cinegéticos se autorizan cuadrillas de 8 a 15 cazadores, auxiliados por no más de 10 monteros que pueden utilizar un máximo de 8 perros.

 

La batida es profusamente utilizada para la caza del jabalí y menos frecuentemente para la caza de corzo, rebeco o hembras de venado. En el último caso no se permite el empleo de perros.

 

 

Modalidades de Caza menor

Caza al salto

Es la modalidad de caza más habitual para las especies de pluma en el Principado de Asturias. Es realizada por un único cazador que recorre el campo, generalmente auxiliado por perros cuya misión es localizar la pieza, señalarla o levantarla, dando tiempo al cazador a efectuar el disparo, y posteriormente, cobrarla si el disparo ha sido certero. Mediante esta técnica se abaten aves como perdices rojas, arceas, faisanes, codornices o agachadizas. Para otras especies como la paloma torcaz o los zorzales no suelen utilizarse perros, salvo en raras excepciones y exclusivamente dirigidos al cobro de las piezas, siendo el cazador el que debe localizar las aves, aplicando su conocimiento del terreno y de las querencias de los animales.

 

Caza en mano

Es una variante de la caza al salto en la que intervienen un grupo de cazadores que avanza en línea levantando a las piezas. Igualmente, suelen ayudarse de perros, siendo su función idéntica a la que realizan en la caza al salto.

 

En las Reservas Regionales de Caza de Asturias, la caza en mano se autoriza por parte de grupos de entre cuatro y seis cazadores que se ayudan de un máximo de ocho perros y son acompañados por un guarda durante una jornada completa de caza.