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Unidades ambientales de Asturias

Sistemas acuáticos de Asturias.

Sistema lacustre.

 

 

En el marco de la Península Ibérica, Asturias constituye una región extraordinariamente lluviosa. Los frentes húmedos de procedencia atlántica se encuentran bruscamente con la Cordillera Cantábrica y se ven obligados a ascender, lo que provoca su enfriamiento y, por tanto, la precipitación del agua que contienen en forma de lluvia.

 

La cercanía de la Cordillera Cantábrica al mar y las elevadas precipitaciones hacen que los ríos asturianos sean de pequeña longitud, de gran caudal en relación a esa longitud y de fuerte pendiente, por lo que en general se trata de cursos de gran capacidad erosiva que modelan a su paso profundos valles y frecuentes hoces y gargantas.

Apenas existen en Asturias los grandes cauces meandriformes repletos de islas y barras arenosas que caracterizan otros lugares de la Península Ibérica y de Europa. Sin embargo, por doquier surgen arroyos de aguas saltarinas que se precipitan para salvar en escasos kilómetros el fuerte desnivel que los separa del mar.

Ecológicamente este hecho supone el estrechamiento de las riberas. En ríos que discurren por relieves llanos, la presencia de la masa de agua fluvial eleva el nivel freático de los terrenos circundantes y su efecto se deja sentir a cientos de metros del cauce. Sin embargo, cuando se trata de valles estrechos, como los asturianos, la elevación del nivel freático se reduce a escasos metros a ambos lados del cauce y la anchura de las riberas se reduce, formándose vegas aluviales de escasa dimensión.

La red fluvial asturiana se organiza en seis grandes cuencas, de occidente a oriente: la del Eo, la del Navia, la del Esva, la del Nalón, la del Sella y la del Deva. La mayor de todas es sin duda la del Nalón, el mayor de los ríos cantábricos, que drena casi dos tercios de la superficie de la región.

El Eo a occidente hace de límite con la vecina Galicia y su cuenca asturiana se limita a una pequeña porción del extremo noroccidental de la región. El gran río del occidente asturiano es el Navia, que drena gran parte del tercio occidental de la región, discurriendo por valles estrechos de gran profundidad en un trazado perpendicular al mar. La mayor parte de su cuenca presenta un aceptable estado de conservación, sin embargo, lo estrecho de los valles ha favorecido los aprovechamientos eléctricos y numerosos embalses se escalonan en su recorrido.

A oriente del anterior el Esva, de cuenca mucho más reducida, disfruta de un inmejorable estado de conservación, disponiendo de una cuenca escasamente alterada y carente en su curso de obras significativas de embalsamiento.


  La práctica totalidad del centro de la región y gran parte del área suroccidental es regada por los dos grandes ríos de Asturias, el Narcea y el Nalón, que confluyen ya muy cerca del mar para formar juntos el estuario de San Esteban. Ambos discurren formando un ángulo de cuarenta y cinco grados con la línea de costa: el Narcea del suroeste al nordeste y el Nalón del sudeste al noroeste. Las riberas del primero presentan un grado de conservación más que aceptable, las del segundo han sufrido sin embargo el desarrollo minero y urbano del centro de la región y sólo modernas actuaciones de saneamiento han permitido una cierta recuperación de la calidad de sus aguas.

Hacia oriente, la red de drenaje superficial es más laxa, pues la abundancia de sustratos calizos da lugar a una densa red de drenaje subterráneo. El Sella drena gran parte del tercio oriental de la región con una red que en gran medida discurre paralela al mar, debido a la presencia de las imponentes sierras litorales del Cuera y el Sueve. El encuentro entre ambas es el punto en que la menor resistencia a la erosión ha permitido la búsqueda de la salida al mar. La cuenca de drenaje aparece relativamente poco alterada y no existen aprovechamientos hidráulicos significativos, por lo que se trata de un cauce en óptimo estado de conservación.

Por último, el extremo suroriental es regado por el cauce del Cares, que siguiendo el surco prelitoral asturiano discurre de oeste a este para sumar sus aguas a las del santanderino Deva, límite oriental de la región. De aguas extraordinariamente cristalinas y seccionando limpiamente los roquedos calizos en foces y desfiladeros, el Cares es sin duda uno de los cauces más hermosos de la región.

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